martes, 23 de agosto de 2016

La estrategia que subyace en la bomba nuclear B61-12.

El programa norteamericano para la modernización de las bombas nucleares aéreas B61, que culminará con el reemplazo de todos los modelos actuales de bombas aéreas nucleares en el modelo único B61-12, está levantando un revuelo internacional mayúsculo, por la implicaciones estratégicas globales que tiene el haber entrado hace unos días en su fase de preproducción (comenzando su producción en el año 2020).

La novedad y polémica del modelo 12 de la B61, estriba en que es una bomba de gran precisión (de unos 30 metros de círculo de error probable) y que tiene una cabeza nuclear programable que puede ajustar la explosión nuclear de manera variable, incluyendo explosiones nucleares de bajo rendimiento (entre los 50 y los 0,3 kilotones).



Argumentos en contra.

¿Por qué ese incremento en la precisión y disminución en la potencia que implica la B61-12 es tan polémico? La respuesta es sencilla: según los críticos, el poder realizar ataques muy precisos sobre blancos específicos, con explosiones nucleares "pequeñas" que causen muy pocas bajas y daños, en comparación con las deflagraciones de las grandes armas nucleares, convierte a las armas nucleares en mucho más "usables", por lo que hay más riesgo de que se recurra a la guerra nuclear en un futuro. Es decir, el "umbral de disuasión" baja. Tal y como reconoció el propio Jefe de la Fuerza Aérea de EEUU, la B61-12 otorga la posibilidad de que se pueda aumentar el tipo de usos posibles para el armamento nuclear, gracias a esa doble características de 1) gran precisión y 2) bajo rendimiento (que disminuye los daños colaterales y efectos adversos por contaminación nuclear).

La precisión y bajo rendimiento del armamento nuclear, además de reducir el umbral nuclear y erosionar el tabú nuclear existente desde 1945, también representa una tentación que debilita la estabilidad estratégica, porque se pueden realizar primeros ataques contra la fuerza nuclear estratégica adversaria. Es decir, la B61-12 implica 1) mayor posibilidad del empleo táctico (contra fuerzas convencionales y en el transcurso de una campaña militar) del armamento nuclear, sino que 2) también aumenta el uso posible estratégico contra el arsenal de disuasión de la potencia rival. En medio de una crisis entre potencias nucleares, se puede optar por lanzar ataques contra dicho arsenal para destruirlo en su mayor parte y hacer prácticamente inútil la pequeña parte superviviente, al poder se destruido por las defensas antimisiles/antiaéreas.

Argumentos a favor.

Paradójicamente, una misma arma (en este caso la B61-12) puede tener un efecto y su contrario, todo depende del entorno militar y político en el que se desenvuelva. Las razones a favor de los efectos positivos de introducir la B61-12 en la panoplia nuclear americana, radican en que al ser el armamento nuclear mucho más "usable", garantizará la disuasión nuclear, ya que las potencias contrarias a EEUU no podrían ganar una guerra nuclear limitada ante la gran superioridad técnica americana en las armas nucleares tácticas y de bajo rendimiento.

Como es sabido, Rusia (y cada vez más China) basan su estrategia de defensa, en emplear el armamento nuclear de manera limitada en el caso de darse una guerra convencional que seguramente perderían, ya sea contra EEUU o contra una gran coalición de países europeos del Centro y Este de Europa. En ese caso extremo, Rusia se reserva el derecho de escalar el conflicto al ámbito nuclear. Como una guerra nuclear limitada puede escalar rápidamente a una guerra nuclear generalizada, el terror se encarga de mantener el equilibrio estratégico. Por consiguiente, si EEUU no despliega armamento nuclear táctico modernizado como las B61-12, la posibilidad de que estalle una guerra nuclear es mayor respecto a que si las desplegase, ya que Rusia (o China) tendrían más incentivos para escalar el conflicto a lo nuclear. Los EEUU, al tener el modelo 12, podría dominar la escalada nuclear rusa, china o de cualesquier otra potencia, lanzando ataques nucleares muy precisos y de efectos limitados, sin tener que recurrir a un armamento que causaría destrucción masiva y la consiguiente represalia también masiva de su adversario nuclear (tal fue el caso de la doctrina de la Respuesta Flexiva de la OTAN de hace décadas).

Además del control de la escalada, hay otros argumentos a favor de que la introducción de la B61-12 tendría efectos positivos. 1) La manera óptima de disuadir a pequeñas potencias nucleares-estados canalla, es con armas nucleares precisas de bajo rendimiento, porque el pequeño arsenal nuclear de esos países es asimétrico y poco sensible a la destrucción mutua asegurada. Ello es especialmente cierto cuando esas pequeñas potencias nucleares amenazan a países aliados de EEUU. La disuasión extendida americana a sus países aliados pasa a ser poco creíble cuando un pequeño arsenal enemigo puede destruir un par de grandes ciudades estadounidenses sin tener una entidad de que el intercambio nuclear sea de apocalipsis mutuo. El terror nuclear es mucho menor, pero con el agravante estratégico de que EEUU no estarían dispuestos a perder Los Angeles o Nueva York para salvar Seul o Varsovia. Es la misma situación endiablada de la Guerra Fría en Europa, pero sin el terror de la Destrucción Mutua Asegurda (que garantizaba en última instancia la paz y la estabilidad).

La B61-12 también permite destruir objetivos inmunes al armamento convencional generando relativamente poca contaminación nuclear. Por ejemplo, en caso que Irán decidiera romper el acuerdo nuclear y lanzarse a enriquecer uranio (en los búnkers de Fordo) y desplegar cabezas nucleares en silos protegidos, los EEUU podrían atacar dichos objetivos sin causar daños colaterales masivos. Por lo tanto, el que EEUU tuviera B61-12 en su arsenal disuade a Irán de romper los pacto nucleares y proliferar nuclearmente.


Carrera de Armamentos.

Oficialmente la decisión de modernizar la B61 al modelo 12 no proviene de ningún esfuerzo deliberado por parte de EEUU de generar una carrera de armamentos, sino qur está dentro de una dinámica de armamentos normal de renovar material que va quedando desfasado (Life Extension Programs), que planea simplificar el arsenal nuclear norteamericano pasando de 12 cabezas nucleares distintas a sólo 5, eliminando todo su armamento táctico nuclear y en bombas aéreas solo una bomba: la B61-12 (ver las siguientes dos imágenes).




No obstante, no deja de ser cierto que puede producir el efecto no intencionado de producir una carrera de armamentos. Las pequeñas potencias nucleares tendrían incentivos para desarrollar y ampliar su arsenal nuclear para hacerlo menos vulnerable a ataques contrafuerza de los EEUU con su precisas B61-12. Al mismo tiempo, Rusia y China podrían responder al aumento de las capacidades americanas que van a aparejadas a la nueva bomba, desarrollando igualmente su arsenal nuclear táctico y de bajo rendimiento. Al final, el resultado, sería el de un entorno estratégico plagado de armas nucleares de bajo rendimiento y muy precisas (en manos ahora de varios países) que hacen mucho más probable que estalle una guerra nuclear limitada entre ellos, sea de manera deliberada o por errores de cálculo (como hacer un primer uso de un arma de bajo rendimiento creyendo que va a desescalar la guerra, pero provocando en realidad respuestas nucleares a su primer uso).

Pero también en esto hay una doble lectura. El despliegue de la B61-12, como se expuso en el anterior ejemplo iraní, podría en realidad llevar a abortar carreras de armamentos, al poder considerar las potencias rivales de EEUU que no compensa desafiar a ese país dada su manifiesta superioridad técnica. También es el argumento que dan algunos analistas rusos sobre las intenciones ocultas de desplegar la B61-12, que no sería sino el llevar a Rusia a la mesa de negociaciones y plantear la opción de que EEUU retire de servicio la B61-12 (que será la totalidad de su armamento nuclear táctico) a cambio de que Rusia haga lo propio con su arsenal nuclear de armas tácticas. Esa fue la estrategia que siguieron los EEUU durante la Crisis de los Euromisiles, cuando la URSS desplegó los misiles SS-20 y como elemento de presión la OTAN respondió desplegando los cruise y los Pershing-II, consiguiendo efectivamente llevar a los rusos a la mesa de negociaciones y obligarles a renunciar a los SS-20 y a todos los misiles de alcance medio e intermedio (la famosa Opción Cero)

La estrategia norteamericana de reducir el rol del armamento nuclear en la disuasión y el efecto de la B61-12.

Tal y como puede leerse en la publicación del CSIS, Project Atom: A Competitive Strategies Approach to Defining U.S. Nuclear Strategy and Posture for 2025–2050 (apéndice C, desde página 28 en adelante), para que los EEUU puedan ejercer su enorme superioridad en armamento convencional deben practicar una política que marginalice las armas nucleares de la estrategia mundial. De ese modo, el terror nuclear no paralizará la toma de decisiones en Washington y será mucho más racional que los EEUU decidan en un futuro emplear su fuerza militar contra otras grandes potencias, Estados canallas, etc.

Concretamente esa política tiene se sostiene en el siguiente trío. 1) Establecer un régimen mundial eficaz de reducción y control de armamentos nucleares; 2) adoptar doctrinas que reduzcan los casos en los que puedan usarse armas nucleares; 3) una fuerza nuclear estructurada en la represalia y las fuerzas de segundo ataque. La implementación de dichas medidas, probablemente irá acorde con el siguiente proceso (empezando por el punto 2, se pasará al 3 y por último al 1).

En primer lugar, los EEUU harán cambios doctrinales en el uso de sus armas nucleares, tal y como se está rumoreando que hará Obama cuando renuncie al "primer uso" (algo que analicé en mi blog hace unos días). Con dicha política de "no primer uso", los EEUU pretenden facilitar un uso potencialmente sin restricciones de su arsenal convencial contra las otras grandes potencias. Con dicha política, los EEUU pueden lanzar misiles y atacar con bombarderos estratégicos a Rusia y China, sin que estas potencias temas que se trata de un ataque nuclear.

Además de dicha renuncia al primer uso, también se rumorea que Obama va a renunciar al "lanzamiento después de alarma" (launch on warning o LOW), para adoptar una política de "lanzamiento después de ataque" (Launch under Attack o LUA). El LOW implica que se lanza un ataque de represalia nuclear cuando se ha recibido el aviso o alarma de que, por ejemplo, se han disparado misiles balísticos contra los EEUU, sin esperar a que culmine el ataque, ya que si es un ataque nuclear podría "decapitar" al gobierno y destruir casi todo su arsenal nuclear, ganan de ese modo la guerra nuclear. Pero si los EEUU adoptan el LUA, no harán un ataque de represalia hasta que acabe el ataque balístico y se compruebe que ha sido nuclear. Es decir, renunciando al LOW y adoptando el LUA, al mismo tiempo que renuncian al "primer uso", los americanos están planteando unas nuevas reglas de juego estratégico nucleares, ya que están proponiendo que a cambio de que los EEUU puedan atacar sin restricciones convencionales a China y Rusia ("no primer uso" americano), aceptan que esos países puedan también atacarlos a ellos con armas estratégicas convencionales (adoptando LUA) induciendo que adopten también el "no primer uso".

En segundo lugar, los EEUU deberían estructurar su fuerza nuclear basándose la represalia y en garantizar la supervivencia de su arsenal. Ello quiere decir, que tendrán que renunciar a una fuerza de combate nuclear (war-fighting), que tiene como objetivo destruir el arsenal enemigo, destruir sus red de puestos de mando y desplegar un arsenal antimisil considerable. Al renunciar a una fuerza nuclear enfocada en el combate, se garantiza a las otras grandes potencias que su arsenal nuclear no será destruido y que seguirá conservando su utilidad disuasiva para que nunca potencia pueda hacerles chantaje nuclear. Es decir, las grandes potencias no se podrán hacer chantaje nuclear y de destrucción masiva entre sí, pero sí podrán atacarse con fuerzas convencionales.

En tercer lugar, los EEUU intentarán instaurar un régimen de control y reducción de armamentos nucleares, para evitar que estar proliferen a cada vez más países (lo que puede limitar el uso del armamento convencional americano contra potencias pequeñas y medianas nuclearmente armadas).

Los efectos de la B61-12, nuevamente pueden ser unos y los contrarios, dependiendo de cuestiones muy concretas y circunstaciales. Algunos especialistas en defensa, dicen que la nueva bomba tendría un efecto contraproducente en la estrategia anteriormente descrita, porque significa tener una estructura de fuerza nuclear claramente enfocada en el combate nuclear. En ese caso, el proceso de dinámica de modernización de armamentos descrita al comienzo, entraría en clara contradicción con los objetivos estratégicos de EEUU, por lo que deberían renunciar a las B61-12. Tal es así, que en el informe del CSIS mencionado antes, indica que EEUU debería renunciar al armamento nuclear táctico (desechar todas las B-61 y B83), usando tácticamente el armamento nuclear estratégico.

Los especialistas de opinión contraria, afirman que la función de la B61-12 no entra en contradicción con la estrategia americana de ir marginalizando las armas nucleares de la ecuación disuasiva, porque es un instrumento de presión negociadora contra Rusia y China. Amenazar con el despliegue de la nueva bomba si esos dos países no renuncian a su armamento nuclear táctico (como con la Opción Cero de la Crisis de los Euromisiles).


Hipótesis sobre la estrategia de la bomba B61-12.

En definitiva, aunque evidentemente no se pueda tener acceso a los documentos clasificados de estrategia nuclear americana, no sería descabellado plantear la hipótesis que el despliegue futuro de la B61-12 (recordar que está en fase de preproducción y pasarán dos años hasta que se decida si comenzar su producción en serie) no sería sino un instrumento de negociación por parte del gobierno de EEUU, para implementar la estrategia descrita de ir marginalizando las armas nucleares de la disuasión. Como las noticias y los rumores son que Obama va a renunciar al "primer uso" y al "lanzamiento después de alarma" o LOW, es difícil imaginar que en la toma de decisiones de la Casa Blanca estén pasando por alto los efectos que tendría introducir la B61-12, por lo que la única manera de hacer coherente, lógica y no contradictoria la postura americana, es deducir que la nueva bomba es un elemento de presión negociadora frente a Rusia.

Una hipótesis alternativa sería que en la cúpula americana están divididos al respecto y hayan 1) partidarios que se pueda ir marginalizando las armas nucleares de la disuasión (y facilitar el uso del poder convencional americano) pero teniendo armas tácticas muy precisas y de bajo rendimiento para controlar y dominar la escalada nuclear, frente a 2) los que dicen que desplegar dicho armamento nuclear táctico tiene el efecto contrarios a los deseados, dando incentivos para que Rusia y China tengan armamento táctico con el compensar la superioridad convencional de los EEUU.

No obstante, dado que la postura 1 está mucho peor fundamentada teóricamente que la 2, dudo (aunque no puedo saberlo a ciencia cierta) que tenga muchos defensores (si es que hay alguno) en la administración Obama, por lo que nos tendríamos que quedar con la hipótesis de que es un instrumento negociador (o que no se están tomando decisiones racionales en el proceso decisorio norteamericano, una tercera hipótesis no descartable).

(Vídeo del primer lanzamiento aéreo de prueba de la B61-12 en septiembre de 2015)




No hay comentarios:

Publicar un comentario