jueves, 11 de noviembre de 2010

Se alcanza acuerdo en Irak, pero detalles importantes permanecen oscuros.


En la noche del miércoles los líderes políticos iraquíes han alcanzado un principio de acuerdo para crear un gobierno de unidad nacional que englobe a los facciones étnicas y religiosas principales, terminando con ocho meses de estancamiento político.

Nuri al-Maliki permanecería como primer ministro, los kurdos mantendrían también la presidencia del país, y el bloque Iraquiya tendría la presidencia del parlamento.

El acuerdo además incluye la formación de un nuevo comité que garantice la participación de los suníes, que antes predominantemente gobernaban Irak, y quienes han estado poco representados en el gobierno iraquí desde la invasión del año 2003. Pero la configuración de dicho comité no ha sido publicada, por lo que hace pensar que las negociaciones continúan para resolver este asunto, que es el más importante de todos.

Otro asunto importante del que no se ha hablado es sobre el asunto de la desbazzificación que, y que la minoría suní y de la antigua clase tecnócratas y militares (que no sólo eran suníes) ve como un intento soterrado de apartarlos del juego del poder.

No obstante, en esta noticia leemos que el bloque de Allawi ganó la concesión de que se suprimiera la llamada ley de desbaazificación.

También indica que no están claros lo beneficios que han obtenido los kurdos con este acuerdo, lo que incluiría un referéndum que decidiera el control de la región rica en petróleo alrededor de Kirkuk.

Tampoco se ha quedado claro qué papel tendrá (si es que tendrá alguno) el bloque político liderado por el antiamericano Muktada al-Sader, y que hace unas semanas sorprendió a todos llegando a un acuerdo de gobierno con Maliki, del que era anteriormente enemigo mortal.

Analistas como Joost Hiltermann, del Grupo de Crisis Internacional, dijo que el compromiso alcanzado y el nuevo comité era necesarios para garantizar la inclusión de los suníes, pero que también dichos acuerdos podrían crear una coalición demasiado abultada.

El poder del nuevo comité no se ha detallado aún, pero lo que está claro es que Maliki tratará de mantener tanto poder como le sea posible.

Los políticos iraquíes estaban bajo la presión de la fecha impuesta por la corte suprema para elegir al presidente del parlamanto este jueves, y la aún más intensa de los funcionarios americanos.

En general podría decirse que el acuerdo es una victoria de Maliki, que consigue mantenerse como primer ministro a pesar de haber perdido las elecciones. Pero la cuestión ahora es como gestionará a un gobierno tan grande y diverso de unidad nacional, como son las tradicionales rivalidades entre Maliki y Sader. Por lo que semanas o meses de negociaciones todavía serán necesarios.

En un artículo del 9 de septiembre de Michael Gordon y Anthony Shadid, del The New York Times, se hacían eco de la propuesta para compartir el poder por la que presionaba la administración Obama.

El plan había sido promovido la semana anterior por el vicepresidente Joe Biden. En él se establecía una alteración del gobierno de Irak: el primer ministro estaría controlado por nuevas restricciones en su autoridad, y se crearía un nuevo comité con autoridad para aprobar adquisiciones militares, revisar los presupuestos, y delinear la política de seguridad.

"Creo que está aumentando la conciencia de que es necesario algo parecido a nuestro Consejo de Seguridad Nacional" dijo Biden, a lo que añadió "sería una suerte de equilibrio de poder, pero también podría dar cabida a gente seria (en contraposición a políticos) que tenga que ocupar ministerios importantes."

De acuerdo con una temprana variación del plan, el nuevo comité podría estar encabezado por un secretario general y podría incluir al primer ministro y al presidente del país.

Otros miembros podrían incluir a la cabeza de la judicatura, al líder del gobierno regional del kurdistán, así como a miembros de algunos ministerios importantes. Parte de la autoridad de Mailiki sobre asuntos de seguridad podrían ser entregada al nuevo cominté, aunque Maliki retendría su papel como comandante en jefe de las fuerzas armadas.

Además del asunto de las competencias del nuevo comité, está el desacuerdo de las conversaciones sobre el destino de 140 importantes puestos militares y de inteligencia. Ayad Allawi insiste que la designación de esos puestos debe ser revisado por el comité o el parlamento.

Algunos analistan contemplan este acuerdo como una vitoria de Irán, ya que mantiene a Maliki como primer ministro, con el apoyo del grupo de Sader (que es apoyado por Irán), pero también señalan que Maliki no recibe órdenes de nadie.

Los "americanos han perdido la batalla contra los iraníes, pero los iraníes no han ganado con Maliki", dijo Izzat Shahbandar, un consejero de Maliki.

El acuerdo de ayer es demasiado general, las cuestiones que dividen a las facciones iraquíes, por lo que ahora sabemos, no se solucionan con la designación de los puestos de primer ministro, presidente del país y presidente del parlamento. Es un asunto mucho más complejo que requerirá la creación de organismos políticos paralelos y superiores a los del primer ministro, estando el verdadero gabinete director de Iraq fuera del gobierno. Además están los asuntos de los puestos de responsabilidad militar y de espionaje, así como los asuntos kurdos, o qué hacer con Sader si es que van a combatirse a las nuevas milicias chiíes que quiere reconstruir Irán. El acuerdo del miércoles sirve para salir del paso y desestancar la situación política, pero los asuntos más importantes están aún por decidirse, y abre más problemas que los que cierra. Veremos si Irak está generando más historia que la que su clase política puede digerir.

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