viernes, 12 de noviembre de 2010

Irak, acuerdo del miércoles genera malestar entre lo suníes.


Obama celebra el acuerdo del miércoles, por el que se daba el puesto de presidente del país a los kurdos (Talabani, elegido tras dos rondas de votaciones), a Maliki como primer ministro, y al suní de Iraquiya, Osama al-Nujaifi, como presidente del parlamento.

Informa The New York Times, The Age, Spiegel online, AFP y Sky News.

No obstante dicho acuerdo (el de establecer esos puestos) no es el conflicto político que divide ahora a Irak. El problema reside en la representación política y seguridad militar de los suníes y la antigua clase tecnocrática que gobernaba Irak. Por lo tanto, este acuerdo no ha sido tal cosa, sino una imposición de los americanos y del resto de fuerzas iraquíes (chiíes y kurdos) a los suníes en contra de su parecer. Por consiguiente se abren más problemas que los que se cierran (tal y como decíamos en la anterior entrada).

Tras la elección del puesto de presidente del parlamento, Iraquiya intentó introducir en la agenda de votaciones el asunto de la derogación de la ley de Deesbazifiación (asunto que al parecer entraba dentro del acuerdo del miércoles), siendo uno de los dos problemas políticos clave e ineludibles para continuar con el desarrollo del proceso político. Pero la iniciativa no prosperó, por lo que los representantes de Iraquiya abandonaron el parlamento afirmando que los acuerdos adoptados estaban siendo violados.

Del asunto del Nuevo Comité de Política Estratégica no se sabe nada en concreto, salvo que será dirigido por Allawi. Del tema fundamental, las competencias que le corresponden y su composición, no se ha decidido nada aún y al parecer sigue en discusión.

Que el acuerdo del miércoles fue superficial (sin afrontar los asuntos importantes), y contranatura (impuesto a los suníes), está bien reflejado en este artículo del The Washington Post. En el un profesor de derecho suní de la universidad de Bagdad, Saleh al-Haidithi, dice "Lo de la pasada noche fue un chiste. Algo increible. Ellos no podrán implementar lo acordado."

Sinan Abdullah, un agente inmobiliario de la zona de Faluya dice. "La actual fórmula de gobierno no alentará a que bajen las armas las personas que ahora las están usando, no marcharán a la paz. En verdad yo preveo más olas de violencia y más sangre."

Hana Gorgees, un cristiano de la zona de Kirkuk (rica en petróleo) señaló que "Ojalá que el acuerdo sea un paso para la construcción de un Iraq unido y seguro, pero temo que los políticos carezcan de la credibilidad, y que el incumplimiento de los acuerdos traiga más dolor y tristeza."

El juego político aún sigue abierto, pero esta clase de acuerdos de pacotilla que obligan a firmar papeles, que quienes quieren firmarlos luego no los cumplen, y los que se ven obligados a firmarlos los terminan rechazando y detestando, no es la práctica adecuada para una buena política. Sirve para salvar la cara en los medios de comunicación, para presentar una bonita noticia, pero como estamos viendo no es que sólo sean inútiles para solucionar los problemas que están sobre la mesa, sino que pueden amargarlos más aún. En el fondo, este acuerdo bien puede traer más desacuerdos e inestabilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario